Vamos a ser sinceros, ¿vale?
Estás hasta las narices.
Ahí estás, sudando como un pollo, repitiendo el mismo movimiento una y otra vez como si fueras un hámster en su rueda. Y para qué, ¿eh? Para que tus «ganancias» se pierdan en el infinito de las series interminables.
Es como alimentar a un monstruo que nunca está satisfecho. Y mientras tanto, tu vida social se evapora más rápido que una gota de sudor en el Sahara.
¿La guinda del pastel? Nos hemos tragado el cuento del «cuerpo perfecto» como si fuera el Santo Grial. Entrenar hasta reventar, sacrificar todo por unos abdominales que, seamos honestos, solo impresionan a otros tíos en el vestuario.
Pero hey, ¿quieres saber lo que los «gurús del fitness» no te cuentan mientras se llenan los bolsillos? Te venden una vida libre, pero te encadenan a otra rata… solo que esta corre en una cinta de gimnasio.
Lo sé, lo he vivido. Me he quemado dos veces y me he jodido 2 veces la cabeza, dejarlo todo de la noche a la mañana. Y sí, tenía un cuerpo que parecía esculpido por los dioses. Pero ¿de qué sirve un six-pack si no puedes ni salir a la calle a comerte un paquete de pipas?
Pero ¿y si te dijera que hay otra forma? ¿Que puedes tener un cuerpo de infarto sin convertirte en esclavo del gimnasio?
Después de años siendo un adicto al entrenamiento, por fin encontré la fórmula. Y no, no es una pastilla mágica ni un aparato milagroso que anuncia Paz Padilla a las 3 de la mañana.
Es simple: entrenar menos para ganar más. Sí, has leído bien.
Y en este artículo te voy a contar por qué menos es más en el nuevo fitness productivo.
1. Los mejores resultados surgen cuando no estás levantando hierros
Los «gymbros» han hecho más daño que una dieta a base de Doritos y Cola.
Me acuerdo cuando veía a esos influencers del «no pain, no gain» allá por 2016. Levantarse a las 5, ducha fría, y machacarse hasta que el cuerpo aguante. Me sentía un pringado por «solo» entrenar 2 horas al día. ¿En serio?
Newsflash: tu cuerpo no es una máquina. Necesita descanso, igual que tú necesitas un respiro de las stories de gym de tu colega el pesado.
El entrenamiento duro es como una resaca: te deja KO mental y físicamente. 24/7.
Pero ¿sabes cuándo ocurre la magia de verdad? Cuando no estás haciendo nada. Es como esos momentos de inspiración en la ducha, solo que en vez de cantar, tu cuerpo está construyendo músculo.
Mis mejores resultados llegan cuando:
- Duermo como un tronco mis 8 horas
- Doy un paseo y me olvido del mundo
- O simplemente, me relajo en la ducha (sí, ducharse cuenta como fitness, no me juzgues)
Demasiados friki fitness son como loros: repiten lo mismo una y otra vez sin pensar. Y luego se preguntan por qué están estancados.
Un cuerpo descansado es tu arma secreta. Es lo que hace que la gente diga: «Joder, ¿cómo lo has conseguido?«. Y tú, como un crack: «Ah, nada, solo relajándome«.
Así que no solo planifiques tiempo para levantar pesas. Planifica tiempo para no hacer una mierda. Ponlo en tu calendario: «16:00 – Hora de un paseito». Tu cuerpo te lo agradecerá.
2. Sal de tu zona de confort o muere en el intento
Si crees que machacarte sin parar es el camino al éxito, tengo malas noticias: estás perdidisimo.
El enfoque láser está guay, pero ¿sabes qué no lo está? La visión de túnel. Es como llevar orejeras: seguro que vas recto, pero te pierdes todo lo demás.
Tu cuerpo está cambiando. Cada. Puto. Día.
Mira, a principios del siglo XX, el culturismo era cosa levantamiento pesas. Pero entonces llegó Arthur Jones con su máquina Nautilus en 1970 y ¡boom! Revolución.
«Tú muévete, que nosotros hacemos el resto».
Así de simple. Jones no solo inventó una máquina, creó una nueva forma de pensar. De repente, cualquiera podía ponerse fuerte sin necesidad de ser un entendido.
Jones no se conformó con lo de siempre. Dio un paso atrás y pensó: «¿Y si…?». Y tú deberías hacer lo mismo.
Si estás tan ocupado haciendo flexiones que no ves más allá de tus bíceps, te vas a perder la próxima gran revolución del fitness. Y créeme, no quieres ser el último en subirse a ese tren.
Cuando salió el HIIT, yo estaba tan metido en mis rutinas de volumen que pensé que era otra moda pasajera. Gran error.
Me di cuenta tarde, pero menos mal que reaccioné. Dediqué dos días a la semana a probar esa locura del HIIT. Y joder, fue como descubrir el fuego.
De repente, estaba quemando grasa al doble de velocidad y ahorrando 5 horas a la semana. Sí, tuve que dedicar 100 horas en aprenderlo bien. Pero ahora? Consigo en 30 minutos lo que antes me llevaba una hora. A veces hasta mejores resultados. Es como hacer trampa, pero legal.
Todo ese tiempo extra? Lo uso para investigar nuevas tendencias, aprender sobre nutrición, o simplemente, vivir la vida. Porque, sorpresa, hay vida más allá del gimnasio.
Así que hazme un favor: mira tu calendario ahora mismo. Busca un hueco y escribe: «Probar algo nuevo». Aunque sea una vez a la semana. Sí, incluso si eso significa saltarte un día de entrenamiento:
- Léete un libro nuevo
- Sal a pasear al campo con tu perro
- Vete al cine…
Lo que sea, pero sal de tu rutina.
Estás invirtiendo en tu futuro. No seas rata con tu tiempo.
3. Abraza la tecnología o muere en el intento
Deja de mirar las máquinas del gym como si fueran aliens. En serio.
Los días en que levantar hierros era la única forma de ponerse mazado se han ido. Acéptalo.
Si sigues pensando que hacer mil series con mancuernas es la única forma, tengo noticias para ti: estás más anticuado que un walkman.
Las máquinas modernas no son el enemigo, son tus nuevas mejores amigas. Y lo mejor? Hacen el trabajo sucio por ti.
Mira, yo también era de los que pensaban que si no era «levantamiento puro», no valía. Hasta que me digné a probar esas máquinas de última generación. Y joder, menuda revelación.
¿Quieres saber lo mejor? Estas bellezas te dan el mismo estímulo que tus rutinas de toda la vida y mejor, pero sin destrozarte las articulaciones. Es como tener un gimnasio inteligente que se adapta a ti.
Ahora puedo centrarme en lo que realmente importa:
- Hacer cada rep perfecta (porque la máquina me guía)
- Progresar de forma óptima (porque la carga se ajusta sola)
- Y encontrar formas únicas de tortur… digo, entrenar a mis clientes
Deja de ser un cavernícola del fitness. Tu valor no está en cuánto levantas, sino en cómo usas el coco para entrenar de forma inteligente.
4. Vive el fitness, no lo sufras
El estilo de vida fitness es como una droga. Y no, no hablo de los esteroides.
La salud, la energía, los abdominales de acero… y sí, las selfies en el espejo que nadie te ha pedido.
Pero vamos a ser sinceros: si pasas más tiempo en el gimnasio que con tu familia, has cambiado una prisión por otra. Solo que esta tiene mejor iluminación y huele a sudor.
He estado ahí, créeme. Tenía una obsesion por el fitness. Rutinas, llevarme comida fuera, entrenar los domingos, 1 de enero, etc… era una máquina. Pero ¿sabes qué? Estaba tan ocupado con el sueño que me olvidé de vivirlo.
Irónico, ¿no? Ahí estaba yo, el gurú del fitness.
Hoy las cosas son diferentes. Sigo en el mundo del fitness, pero de una forma que no me hace querer tirarme por la ventana.
Vivir así mola al principio. Pero ¿sabes qué pasa cuando creces? Se va todo a la mierda porque no tienes tiempo, trabajo, pareja, etc…
Ahora lo mejor de todo?
Lo disfruto.
Todo esto lo consigo entrenando solo una hora al día. Sí, has leído bien. UNA hora.
Reflexiones finales:
Si estás pasando más de una hora al día en el gimnasio, estás haciendo algo mal. Punto.
Hay mil formas de optimizar tu tiempo:
- Usa rutinas pre-hechas (no reinventes la rueda)
- Delega (que otro se rompa la cabeza con tu dieta)
- Usa apps (sí, tu móvil sirve para algo más que Instagram)
- Automatiza tu progreso
Tu entrenamiento debería mejorar tu vida, no consumirla. El fitness no se trata solo de músculos; se trata de construir una vida que mole.
No seas esclavo del gimnasio. Sé el puto amo de tu cuerpo y tu tiempo.
Con las estrategias adecuadas, puedes conseguir un cuerpo de escándalo y tener tiempo para disfrutarlo. Porque ¿de qué sirve estar cachas si lo único que haces es levantar pesas?
La próxima vez que te pilles haciendo la enésima serie, párate y piensa: «¿Estoy viviendo el fitness o solo estoy haciendo el gilipollas?»
Optimiza tu entrenamiento. Maximiza tu vida. Porque tener músculos está guay, pero tener una vida que mole… eso sí que es insuperable.
Y recuerda, si alguien te dice que necesitas más de una hora al día para estar en forma, mándalo a paseo. Preferiblemente corriendo, que queme calorías.